Más de una vez me he encontrado diciéndome a mí misma: “No lo lograré” o “Me equivoqué y ya no hay vuelta atrás, me rindo”. Me ha pasado al enfrentar obstáculos que parecían demasiado grandes, situaciones que me estresaban o incluso tras una mala calificación. Pero, en el fondo, siempre hay algo que me recuerda que el camino hacia cualquier meta puede estar lleno de dificultades, pero también está lleno de posibilidades para superarlas.
Hoy entiendo que la perseverancia en adolescentes es una herramienta poderosa. En mi caso, ha sido lo que me ha mantenido en pie. Por eso lo tengo claro: rendirse nunca es una opción.
Recuerdo una frase de Gandhi que dice: “La libertad no vale la pena si no conlleva la libertad de errar.” Equivocarse no solo es parte del proceso, es una forma de aprender, de crecer, de transformarnos. ¿Qué clase de libertad estaríamos viviendo si tuviéramos miedo constante a fallar?
Cuando tenemos un sueño o una meta, es fácil caer en la presión de querer hacerlo todo perfecto. A mí me ayuda mucho organizarme con un calendario, fijar fechas, distribuir tareas… pero también saber cuándo parar. No se trata de exigirnos hasta el agotamiento, ni de dejar todo para después. Se trata de encontrar ese punto medio en el que avanzar no duela, y donde el proceso también se disfrute.
Hay algo más que he aprendido y que quiero compartir: no tenemos que hacerlo todo solas. Tener una red de apoyo, personas que creen en ti, que te escuchan y te animan, hace una gran diferencia. Rodéate de quienes te recuerdan por qué empezaste y te levantan cuando dudas.
Con el tiempo también he comprendido la importancia de celebrar cada paso, por pequeño que sea. Muchas veces nos enfocamos tanto en lo que falta que olvidamos todo lo que ya hemos recorrido. Hay que reconocer nuestros avances, valorarlos, detenernos a decirnos “lo hiciste bien”.
Ser parte de Inspiring Girls y representar a mi país como Young Ambassador me ha ayudado a ver la perseverancia no solo como una cualidad, sino como una herramienta real para superar retos. No importa lo que pase, siempre hay una forma de adaptarse, de seguir, de volver a intentarlo. Y eso es lo que quiero compartir con todas las niñas: que nuestros sueños valen el esfuerzo, y que cada paso nos acerca a ellos.
El camino nunca será una línea recta. A veces tropezamos, otras veces nos desviamos. Pero todo eso también es parte del viaje. Lo importante es no rendirse, levantarse una vez más, mirar hacia adelante y seguir. Porque sí, rendirse nunca es una opción.
¿Te inspiran historias como la de Sofía?
Súmate a la comunidad de Inspiring Girls y forma parte del cambio. Descubre cómo uniterte y apoyar nuestros programas.
👉 Quiero unirme: https://inspiring-girls.com.co/